Con esta obra, que comenta casi todos los versículos del Cantar de los Cantares, Adrienne von Speyr se ubica en una de las tradiciones más centrales de la teología cristiana. A partir del siglo tercero y hasta el octavo, el Cantar de los Cantares fue considerado como una pieza central de la revelación, para muchos como su mismo centro: el «fuego ardiente» del Eros, «fuerte como la muerte, duro como el infierno», deviene la imagen del Agape encarnado y crucificado de Dios que se da por compañera a la Iglesia, esposa y mujer: en esa alianza de amor yace el foco de sentido de todos los misterios de la fe, de todos los dogmas y reflexiones teológicas; y lo que no se deja explicar desde él o hacia él, queda sin sentido y sin esencia.

Nada es más actual y oportuno que profundizar en ese mysterium nupcial entre Cristo y la Iglesia; solo a partir de él es de esperar una reforma real y efectiva en la Iglesia y no a partir de un simple cambio de las estructuras institucionales. La intensidad, el arrojo y el sobrio realismo con que se medita el misterio en este comentario será difícil de encontrar en los innumerables comentarios de la tradición. Se siente el aliento inspirador del hombre de Loyola, inseparablemente mezclado con el propio respiro de Adrienne. Ningún riesgo es demasiado audaz para ellos, si es asumido en un incorruptible discernimiento de espíritus.

Según el Prefacio de Hans Urs von Balthasar