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Hans Urs von Balthasar

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Hans Urs von
Balthasar

Teólogo, sacerdote y guía espiritual en la tradición de San Ignacio y San Juan Evangelista, editor y traductor, junto con Adrienne von Speyr funda la Comunidad San Juan

Infancia y primera educación

Hans Urs von Balthasar nace el 12 de agosto de 1905 en su casa paterna, la Villa Gibraltar, en Lucerna (Suiza), como primogénito de una familia católica noble. Su padre fue el arquitecto Oskar von Balthasar y su madre Gabrielle Pietzcker-Apor, mujer de comunión diaria. Ella nos dice que su hijo, que ya desde niño manifiesta claros dones espirituales y una memoria extraordinaria, es un «apasionado de todo lo que es bello y tiene una debilidad por las niñas».

Tras la educación primaria en Lucerna, continúa su formación en la escuela del monasterio benedictino de Engelberg (Suiza) y en el colegio jesuita de Feldkirch (Austria) entre los años 1917 y 1924, para coronarla con sus estudios universitarios en literatura alemana y filosofía en las universidades de Viena, Berlín y Zúrich. En la facultad de filosofía de esta última obtiene su doctorado en octubre de 1928 defendiendo su disertación Historia del problema escatológico en la literatura moderna alemana, núcleo que luego se desarrollará en su primera trilogía Apocalipsis del alma alemana (1937-1939).

Su infancia y juventud están fuertemente marcadas también por su amor y dedicación a la música (tuvo como profesora de piano a una alumna de Clara Schumann-Wieck); tanto es así que su primera intención profesional se dirigía a la dirección orquestal y su primera publicación trata del misterio de la música: Desarrollo de la idea musical. Intento de una síntesis de la música (1925).

El niño Hans Urs von BalthasarHans Urs von Balthasar en los años de formación secundaria.
Hans Urs von Balthasar como estudiante universitario junto a su familia, él en el centro, sus padres sentados, su hermano Dieter y la hermana Renée de pie.
  1. El niño Hans Urs von Balthasar
  2. En los años de formación secundaria
  3. Como estudiante universitario junto a su familia, él en el centro, sus padres sentados, su hermano Dieter y su hermana Renée

Encuentro con San Ignacio de Loyola e ingreso en la Compañía de Jesús

Después de recibir una llamada repentina a seguir a Cristo durante unos Ejercicios ignacianos para laicos en 1927, terminados sus estudios universitarios Balthasar entra en la Compañía de Jesús (1929). Como jesuita, sus estudios filosóficos tienen lugar en Pullach, cerca de Múnich, entre 1931 y 1933, y los teológicos en Lyon-Fourvière de 1933 a 1937.

Determinante en esos años de intensa formación es el encuentro con dos miembros extraordinarios de la Compañía: Erich Przywara y Henri de Lubac. El primero le muestra el sentido de la analogia entis como centro especulativo y vital del catolicismo; el segundo, que siguió siendo un amigo para toda la vida, le abre el horizonte universal de los Padres de la Iglesia. Es así que Balthasar puede componer tres grandes monografías dedicadas al corazón del pensamiento de Orígenes, Gregorio de Nisa y Máximo el Confesor y varias antologías en las que intenta mostrar la forma del pensamiento y misión de los Padres de la Iglesia. Los años pasados en Fourvière, gracias también a su amistad con M. Bidard s.j. y Pierre Ganne s.j., le dan la posibilidad de profundizar en el catolicismo francés contemporáneo. Figuras como C. Péguy, P. Claudel y G. Bernanos pertenecen a sus fuentes siempre de nuevo leídas y traducidas. 

En 1936 es ordenado sacerdote en Múnich por el cardenal Faulhaber. Celebra su primera Misa en Lucerna y en la homilía comenta las palabras eucarísticas benedixit – fregit – deditque (bendijo, partió y repartió) poniendo el acento en el fregit. En el dorso de su estampa sacerdotal hace imprimir esas mismas palabras y en la cara frontal una imagen de A. Dürer que representa al discípulo amado recostado sobre el pecho de Jesús en la Última Cena.

Después de una breve colaboración en la revista de su orden Stimmen der Zeit en Múnich (1938-39), debe abandonar la Alemania nazi por ser extranjero. Dos tareas apostólicas le fueron propuestas por su Provincial: capellán de estudiantes universitarios en Basilea (Suiza) o profesor de teología en la Universidad Pontificia Gregoriana (Roma). Su decisión por la primera le deparará el segundo encuentro personal decisivo de su vida.

P. Balthasar como capellán universitario, Basilea, años 40
  1. P. Balthasar como capellán universitario, Basilea, años 40
  2. Con un grupo de estudiantes fundado y animado por él, la Studentischen Schulungsgemeinschaft, durante un curso de teología en los Alpes suizos, año 1948
Balthasar con un grupo de estudiantes de la *Studentischen Schulungsgemeinschaft*, Alpes suizos, año 1948.
  1. P. Balthasar como capellán universitario, Basilea, años 40
  2. Con un grupo de estudiantes fundado y animado por él, la Studentischen Schulungsgemeinschaft, durante un curso de teología en los Alpes suizos, año 1948

Encuentro con Adrienne von Speyr y misión común

Fue durante su primer año como capellán en Basilea cuando Balthasar conoce a la médica Adrienne Kaegi-von Speyr, mujer casada en segundas nupcias con Werner Kaegi, profesor universitario de historia. Adrienne, entonces protestante, tenía un vivo interés en la Iglesia católica y encuentra en el padre jesuita la persona adecuada para finalmente poder aclarar su situación ante Dios y ante la Iglesia. Balthasar le da el consejo decisivo de no ofrecer a Dios el propio esfuerzo y servicio, sino de dejarse tomar por Su labor y servicio. Tras comprender esto, sigue inmediatamente la instrucción eclesial y es recibida en la Iglesia católica el 1 de noviembre de 1940. De ahora en adelante él será su padre confesor y el representante de la Iglesia ante las gracias especiales que ella comienza a recibir después de su conversión. 

Adrienne, por su parte, le hace ver de modo nuevo la afinidad esencial entre Ignacio de Loyola y San Juan Evangelista, el compañero y amigo de Jesús, y así le ayuda a dar el último paso decisivo de su vida y de su obra. Siguiendo a San Juan, el «teólogo por antonomasia», su obra teológica querrá ser una «teología de rodillas», reverente y adorante, ante el misterio de Dios que es amor (Teología y santidad, 1962 es el título de un artículo programático).  

En 1945 ambos fundan la Comunidad San Juan, una comunidad de vida consagrada cuya misión es unir consagración en el seno de la Iglesia y actividad competente en el mundo real. En 1947 es fundada la casa editorial Johannes Verlag con el fin de publicar la incipiente obra escrita que Adrienne le estaba dictando y, como marco editorial católico, de ofrecer al público laico una sinfonía de escritos de figuras cristianas importantes para el presente. 

Hans Urs von Balthasar y Adrienne von Speyr en Saint-Quay, Bretaña, Francia, durante unas vacaciones de la Comunidad San Juan, verano de 1954.

Hans Urs von Balthasar y Adrienne von Speyr en Saint-Quay, Bretaña, Francia, durante unas vacaciones de la Comunidad San Juan, verano de 1954

Balthasar mismo ve la forma de su tarea en un orden jerárquico claro: «En el centro está la Comunidad San Juan. En segundo lugar se ubica mi editorial junto con todo el legado de Adrienne von Speyr, a lo que se agregan las ediciones de obras de otros autores y todas las traducciones. Luego, en tercer lugar, yo ordenaría mi propia producción». (Hans Urs von Balthasar, Espíritu y fuego, en: Zu seinem Werk, 2000). Su propia producción, por cierto, consta de 113 libros, 537 artículos y 110 traducciones de obras teológicas y literarias de diversos ámbitos culturales.

Ahora bien, esta colaboración central con Adrienne, al inicio prevista dentro de la Compañía, paulatinamente se va manifestando incompatible con la pertenencia a su orden. Después de un tiempo largo y doloroso –para todos– de discernimiento, concluido con Ejercicios Espirituales dados por P. D. Mollat s.j. y con el consenso final de sus superiores, sale de su «queridísima patria espiritual», la Compañía de Jesús, antes de hacer sus últimos votos, para continuar fuera de ella la misión reconocida ante Dios y ante su padre San Ignacio.

Nuevo inicio en compañía de San Ignacio y San Juan

Después de dejar formalmente la Compañía, en febrero de 1950 Balthasar renueva sus votos de consagración a Dios (bajo la protección de «la Virgen María y de todos los Santos, especialmente San Juan y San Ignacio») en la capilla de la Abadía benedictina de Maria Laach (Alemania) ante el prior P. E. Severus.

Se establece primero en Zúrich, gracias a la ayuda de amigos, y luego de modo definitivo en Basilea, gracias a la ayuda de Adrienne. Allí sigue dedicándose a la nueva Comunidad, a la edición de los dictados de Adrienne, que él diariamente taquigrafía,  y a la casa editorial. Por otra parte, una labor complementaria –acentuada a partir de 1950– fue su prolífica actividad de conferenciante y de director de Ejercicios ignacianos, en su país y en el exterior.

En 1961 publica el primer volumen de Gloria, titulado La percepción de la forma, dando inicio a su gran trilogía (que él finalmente concluye contra su misma expectativa): la Revelación de Dios en Cristo es contemplada y presentada según la analogía de las propiedades trascendentales del ser creado y del Ser divino: Gloria (1961-1969), Teodramática (1973-1983), Teológica (1985-1987). Este auto-expresarse de Dios según la serie de trascendentales bello-bueno-verdadero se recapitula según el transcendental uno en su pequeño y conclusivo Epílogo (1987). Al mismo tiempo, da forma a una serie de cinco volúmenes, titulada Ensayos teológicos, que contiene los artículos que él consideraba más importantes: Verbum Caro (1960), Sponsa Verbi (1961), Spiritus Creator (1967), Pneuma e Institución (1974), Homo creatus est (1986).

Hans Urs von Balthasar y Juan Pablo, año 1985
Balthasar junto a su maestro y amigo Henri de Lubac
  1. Hans Urs von Balthasar y Juan Pablo II durante el Simposio internacional sobre la misión eclesial de Adrienne von Speyr, Vaticano, año 1985
  2. Junto a su maestro y amigo Henri de Lubac S.J. en su casa de verano en Rigi, Suiza, años 80

Como «teólogo de los Institutos seculares», interviene en favor de una Iglesia sin trincheras frente al mundo moderno (Abatir los bastiones, 1952). Prepara y acompaña silenciosamente el desarrollo del Concilio Vaticano II. Ofrece obras sólidas sobre la vocación y el estado de vida del cristiano en la Iglesia (El laico y el estado religioso, 1948, Estado de vida cristiano, escrito en los años 40 y publicado en 1975, el artículo Vocación, 1966, etc.). Ya en los años sesenta se opone a desarrollos unilaterales postconciliares, incluso con obras polémicas (¿Quién es un cristiano?, 1965; Córdula o el caso serio, 1966). En 1987 afirmó en una entrevista televisiva: «Mi viejo amigo Karl Rahner dijo una vez: Antes éramos (considerados) de izquierdas, de golpe pasamos a ser de derechas, pero nosotros nunca hemos cambiado. Siempre hemos tenido la misma actitud fundamental centrada en lo esencial de la Revelación cristiana».  

En los últimos decenios de su vida va creciendo el reconocimiento de la Iglesia universal y su colaboración con ella. En 1969 es nombrado miembro de la Pontificia comisión teológica internacional. Numerosos premios y honores dan cuenta de la repercusión de su obra: Premio por el aporte a la cultura suiza (1956), Medalla de oro del Monte Athos (1965), doctorados honoris causa de las universidades de Edimburgo (1965), Münster (1965), Friburgo de Alemania (1967) y de la Universidad Católica de Washington (1980), Premio Romano Guardini de la Academia católica de Baviera (1971), Premio Gottfried Keller de la Fundación Martin Bodmer de Zúrich (1975), Premio internacional Pablo VI de teología (1984) y Premio Mozart de la ciudad de Salzburgo (1987). En 1973 funda la revista teológica internacional Communio junto con un grupo de figuras importantes de la Iglesia, entre ellos sus amigos Joseph Ratzinger y Henri de Lubac.  

El último reconocimiento a su misión joánica en la Iglesia, sub Petro et cum Petro, lo recibe al ser nombrado cardenal en mayo de 1988. En vista de esa tarea, Balthasar se inclina ante el deseo papal. Es entonces, en la madrugada del 26 de junio de 1988, cuando recibe el llamado repentino de pasar de este mundo al Padre. Juan Pablo II nos dice el mismo día del consistorio (28 de junio de 1988) que el Señor, por su parte, más que elevarlo al purpurado ha querido elevarlo a «la vida eterna». Su funeral tiene lugar en la Iglesia de San Leodegar, Lucerna, presidido por el entonces cardinal Ratzinger. Sus restos descansan en el claustro de dicha iglesia (ver mapa).

En su último libro (conciso, póstumo, testamentario), Si no os hacéis como este Niño (1988), Balthasar nos recuerda y propone por última vez la fuente, para él siempre clara y simple, de la que vivió su persona y su tarea: ser hijos-niños en el Hijo de Dios Padre.

Busto de Hans Urs von Balthasar realizado por Albert Schilling, 1965
  1. Busto de Hans Urs von Balthasar realizado por el escultor Albert Schilling, año 1965 – © Leonard von Matt / Fotostiftung Schweiz
Detalle de la estampa de la ordenación sacerdotal de p. Balthasar: Juan en el pecho de Jesús durante la Última Cena (A. Durero)
  1. Detalle de la estampa de la ordenación sacerdotal de p. Balthasar, año 1936. Esta imagen del discípulo amado junto a Jesús en la Última Cena, obra de A. Durero, estaba acompañada por las palabras eucarísticas “Benedixit fregit deditque”

Literatura sobre el tema

  • Balthasar, Hans Urs von, Unser Auftrag. Bericht und Entwurf, Einsiedeln, Johannes Verlag, 1984.
  • , Discurso con motivo de la recepción del Premio Pablo VI, en «Communio Revista Católica Internacional de Pensamiento y Cultura» 10 (1988) 4, 289-291.
  • Balthasar, Hans Urs von – Albus, Michael, Espíritu y fuego. Una entrevista a Hans Urs von Balthasar, en «Communio Revista Católica Internacional de Pensamiento y Cultura. Nueva Época» 2, Otoño (2006), 118-138.
  • Benedicto XVI, Mensaje del papa Benedicto XVI a un congreso internacional sobre el teólogo Hans Urs von Balthasar, 6 octubre 2005.
  • Hans Urs von Balthasar-Stiftung, Vorträge ab 1999 vom Jahresgedächtnis für Hans Urs von Balthasar.
  • Scola, Angelo, Hans Urs von Balthasar. Un estilo teológico (= Ensayos, 107), Madrid, Encuentro, 1997.

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