«Aspectos del pluralismo cristiano» es el subtítulo de esta obra que formula el problema que está en su centro. Es doctrina clara del Nuevo Testamento que el organismo de la comunidad cristiana comprende necesariamente muchos miembros con funciones complementariamente contrapuestas. La cuestión es si hoy las contraposiciones entre los cristianos se han tensado tanto (por pretensiones y legitimidades fundadas en la historia) que ya no es posible llevarlas a una unidad visible y, por tanto, muten en contradicciones. Si este fuera el caso, entonces desaparecería el problema ecuménico como tal. Pero, por otra parte, ¿cómo pueden los hombres administrar la unidad eclesial sin que esto atente contra la libertad soberana de Cristo y de Dios? Y en las cuestiones atormentadoras que tocan a todo cristiano, ¿cómo encontramos una vía entre los escollos de un racionalismo sin vida (que hace de la Iglesia un esqueleto institucional) y un liberalismo desmesurado (que disuelve la forma de la Iglesia)? ¿Radica la solución en una mera «identificación parcial» con la Iglesia?

En la primera parte de esta obra son enumerados aspectos del pluralismo teológico en un recorrido en torno al centro. En una segunda parte se muestra en algunos ejemplos que la multiplicidad surge de la unidad, que ésta la justifica y que puede reintegrarla en ella en todo tiempo, también en el nuestro.