Este séptimo volumen de la Obra póstuma de Adrienne von Speyr, titulado Misterio de la juventud, presenta los primeros años de Adrienne a la luz de la realidad de su misión. La misión da realidad a toda la existencia del cristiano. Ahora bien, solo gracias a la actitud general de Adrienne, es decir, una disponibilidad y una trasparencia ilimitadas ante Dios y la Iglesia, fue posible realizar estos «traslados» hacia sus primeros años que aquí han sido documentados. Ellos consistían en hacer que Adrienne, en obediencia a Hans Urs von Balthasar como representante de la Iglesia, retrocediera al estado de conciencia real de sus primeros años de infancia y juventud.

Los diálogos del todo «naturales» que él condujo con la Adrienne de 6, 10, 20 años muestran claramente que ella no fue trasladada a un estado de conciencia irreal, artificial, fantástico, sino que su intensa y lúcida vida de entonces se hizo presente con todas sus esperanzas y temores, sin la menor idea de lo que traería el futuro. Los diálogos también conservan todo el juego afectivo y fisionómico de la edad de entonces, el lenguaje de la pequeña niña o de la alumna del gimnasio alemán femenino de Basilea o de la estudiante de medicina en la universidad, con sus respectivos modos y modales. ¿Para qué este «juego»? Porque la misteriosa pre-historia de una misión eclesial debía ser puesta a la luz: aquel deseo que Adrienne sintió por Dios y la Iglesia católica, por años infinitamente extendidos, y que Dios dejó en espera hasta el momento en que la tarea complementaria de Balthasar fue lo suficientemente madura. Pero no solo esa espera incomprensiblemente larga debía hacerse visible, sino una pureza e integridad infantil e inocente. En estas páginas podemos echar una mirada en esta condición interior. Esta mirada puede quizá hacernos descubrir realmente por primera vez la gracia que significa para el cristiano que él, el pecador, pueda vivir en la Comunión de los Santos, pueda poner sus ojos en el corazón de la Madre de Dios y habitar en la intimidad de los santos y de los amantes como en su propio hogar. Quizá no exista realmente un misterio más grande que la inconsciencia inocente de la (propia) santidad, la cual no es de ningún modo una especie de medida preventiva de Dios para que el hombre pecador no se vuelva vanidoso por la gracia que le fue concedida (pues también María posee ese tipo de inocencia), sino más bien una última expresión de la verdad y de la realidad misma. Adrienne von Speyr ha conservado durante toda su vida un recuerdo vivo de su infancia. El misterio cristiano sobrenatural del ser niño en toda madurez – de una inconsciencia amorosa y confiada que coexiste con la exigencia de una conciencia madura y responsable – se vuelve a hacer presente de un modo nuevo en este «translucirse de una vida regresando hacia su infancia real», e ilumina la promesa y exigencia evangélica de ser siempre como niños y de hacerse siempre más como ellos.

Según la Introducción de Hans Urs von Balthasar

Literatura sobre el tema

• Hans Urs von Balthasar, “Allgemeine Einleitung in die Nachlassbände” [Introducción general a las Obras Póstumas de Adrienne von Speyr], en Das Allerheiligenbuch I. Johannes Verlag, Einsiedeln, 1966, pp. 7–32 [Die Nachlasswerke, 1].
• Hans Urs von Balthasar, Una primera mirada a Adrienne von Speyr. Ediciones San Juan – Fundación San Juan, Madrid – Rafaela, 2012.