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Ignatiana
Presentación
Descripción
Índice
Los textos reunidos en este volumen (el XI en la colección de la obra póstuma de Adrienne von Speyr) giran todos en torno a la figura de san Ignacio de Loyola con quien la vida y el pensamiento de Adrienne von Speyr están íntimamente vinculados. Ya en la escuela elemental Adrienne, que no tenía ningún conocimiento exterior de él y de su obra, ha dado charlas sobre temas ignacianos. Y después de su conversión, la visión de la verdad de la revelación cristiana, que se va desarrollando profunda y amplia, siempre de nuevo tuvo lugar con ojos ignacianos, sin que esto hiciera sufrir en lo más mínimo la fuerte originalidad de Adrienne. Se puede hablar de una afinidad espiritual originaria, de un gran amor mutuo, a tal punto que en muchos textos de la entera obra de ella sea muy difícil distinguir entre ambos modos de ver y de expresarse.
Una línea negativa de demarcación entre ambos será aún más difícil por cuanto la misión de Adrienne en su totalidad está en el interior del espacio de irradiación de San Ignacio y forma una representación y vivificación nueva y original de lo ignaciano –original precisamente en su profunda obediencia y en su bien marcada responsabilidad propia–. Por supuesto, Ignacio no ha necesitado esperar siglos a Adrienne von Speyr para donar la profundidad en él escondida. Desde el inicio él ha sido el mediador de una riqueza casi incomprensible en santidad ignaciana, de modo abierto o escondido, en fantasía y prudencia cristianas, y también en teología.
Pero esto no impide que en Adrienne von Speyr sea formado una vez más un «vaso escogido» en el que desde el origen se vierte espíritu ignaciano en toda su amplitud de intuiciones y luces teológicas.
Lo más importante que aquí se ha de ver es esto: que el centro de la teología de Adrienne, la «clave» de su teología es el misterio del Sábado Santo. En este por primera vez en la historia de la teología se abre una puerta de la que aún pueden aparecer cosas imposibles de prever. Esto no pudo ser accesible de ningún otro modo -por la gracia de Dios - que por medio de la representación viva y vivida de la obediencia ignaciana, que en este punto se ha transformado más allá de ella misma en una participación única en la más radical obediencia de Cristo frente al Padre en el Espíritu Santo: la tarea de buscar al Padre allí donde Él no está y no puede estar, en las tinieblas de la perdición antidivina. Y a partir de este punto se ha organizado toda la plenitud inmensa de la teología y espiritualidad de Adrienne: su doctrina trinitaria que ahora alcanza desde el cielo pasando por la tierra hasta el infierno, su doctrina sobre la eucaristía y la confesión de Cristo, su doctrina de las dimensiones del sí de María, de la Comunión de los Santos, de la unidad de amor y ministerio en la Iglesia, etc. Solo aquí deviene claro de qué manera, nueva y única, Ignacio se ha manifestado en Adrienne y cuánto Adrienne le debe a él.
Según el prefacio de Hans Urs von Balthasar
Literatura sobre el tema
- Hans Urs von Balthasar, “Allgemeine Einleitung in die Nachlassbände” [Introducción general a las Obras Póstumas de Adrienne von Speyr], en Das Allerheiligenbuch I. Johannes Verlag, Einsiedeln, 1966, pp. 7–32 [Die Nachlasswerke, 1].
- Hans Urs von Balthasar, Una primera mirada a Adrienne von Speyr. Ediciones San Juan – Fundación San Juan, Madrid – Rafaela, 2012.
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