Esta obra, una de las más importantes y voluminosas, corona los comentarios de Adrienne von Speyr a los escritos de San Juan. El editor nos dice que estos dictados fueron ellos mismos «únicos, verdaderamente apocalípticos (los demás fueron relativamente serenos), marcados por raptos y digresiones». Sus dictados comenzaron por el capítulo 12 (La Mujer que da luz a su Hijo varón) del Apocalipsis, continuaron hasta el capítulo 19, luego siguieron los capítulos 1 al 11 y concluyeron con los capítulos 20 a 22. Esta obra nos introduce en un mundo objetivo de imágenes que pertenecen a la revelación de Dios y que Dios dona también hoy a cada cristiano: la palabra central del Apocalipsis, destacada tanto por la autora como por el editor, es «la paciente perseverancia de los santos» que, en medio de las tentaciones y luchas del mundo, mantienen la fe, el amor y la esperanza en Jesús: «¡Sí, vengo pronto! ¡Amén, ven Señor Jesús! (Ap 22,20)».