«Para el Hijo, la eucaristía es como un volver a experimentar, un nuevo actualizarse de la encarnación y la cruz. En la cruz ofreció su sacrificio tanto al Padre como a los hombres, tanto hacia arriba como hacia abajo: y esta misma situación de ser sacrificado tanto para el Padre como para los hombres recibe una nueva actualidad en la santa Misa».
Por esto, la Misa es el medio y el signo en que el Señor lega su amor a la Iglesia, su esposa: no solo le regala el fruto de su redención, sino que la hace partícipe de su propia actitud eucarística.
Siguiendo el proceso litúrgico en sus articulaciones, y destacando cada vez los papeles que en ella desempeñan el sacerdote que celebra y la comunidad, Adrienne von Speyr nos guía hacia una comprensión más profunda y una experiencia más personal del sacrificio de acción de gracias al que cada día el Señor nos invita.
«Para el Hijo, la eucaristía es como un volver a experimentar, un nuevo actualizarse de la encarnación y la cruz. En la cruz ofreció su sacrificio tanto al Padre como a los hombres, tanto hacia arriba como hacia abajo: y esta misma situación de ser sacrificado tanto para el Padre como para los hombres recibe una nueva actualidad en la santa Misa».
Por esto, la Misa es el medio y el signo en que el Señor lega su amor a la Iglesia, su esposa: no solo le regala el fruto de su redención, sino que la hace partícipe de su propia actitud eucarística.
Siguiendo el proceso litúrgico en sus articulaciones, y destacando cada vez los papeles que en ella desempeñan el sacerdote que celebra y la comunidad, Adrienne von Speyr nos guía hacia una comprensión más profunda y una experiencia más personal del sacrificio de acción de gracias al que cada día el Señor nos invita.