Con esta obra, Hans Urs von Balthasar ha querido dar una mirada unitaria a través de su trilogía (Gloria-Teodramática-Teológica) ya concluida. En esa trilogía, los tratados o lugares teológicos fueron presentados de un modo nuevo a partir de uno de los trascendentales y el pasaje de una filosofía verdadera, es decir, religiosa, a una teología de la revelación aconteció del modo más simple.
En el Epílogo es preponderante el trascendental unum cuyo misterio es estudiado desde el ser del mundo y desde el Ser de Dios. La figura que da unidad a esta obra es la imagen de la catedral cristiana. El autor muestra en una primera parte llamada «Atrio» cómo la figura de Cristo integra, superándolas hacia el Amor trinitario, lo mejor de las religiones orientales y monoteístas del presente. En su segunda parte, titulada «Umbral», se hace cargo de pensar el ser creado, cuya unidad siempre existe en sus polaridades y en sus trascendentales también interiormente polarizados. En el interior de su tercera parte, titulada «Catedral», nos hace pasar la «Palabra de la Cruz», Aquí son tratados los misterios cristianos centrales: Cristo y la Santa Trinidad, la Palabra encarnada y la fecundidad de la acción salvífica de Dios y su Iglesia, cuyo último fruto es el «amor que todo lo espera».
«Más que una botella enviada al mar no puede ni quiere ser esta pequeña obra. Sería ya un milagro que llegara a algún lugar y encontrara a alguien. Pero a veces también suceden tales cosas» (del Prefacio de Hans Urs von Balthasar).