«Como ha sucedido en el pequeño libro Teología de la historia, esta obra tampoco quiere ofrecer un tratado general sobre la teología de la historia. Algunos temas centrales son asumidos en un pensar circular que a menudo vuelve a tocar los mismos problemas o similares en un nivel distinto. Siempre de nuevo se entrecruzan las cuestiones del tiempo, del centro y del fin del tiempo, el problema de la razón y de la revelación, el problema de los paganos y los judíos, etc. Las cuestiones son elegidas bajo la perspectiva del tema titular: ¿Hacia dónde debemos dirigir nuestra mirada para ver en lo fragmentario de nuestra existencia una dirección hacia la totalidad? Cada pedazo despierta de inmediato la idea de la vasija sana e íntegra, cada torso es leído en el espíritu de la obra intacta. ¿Será nuestra existencia una excepción a esto? ¿Nos dejaremos convencer por ella de que su ser fragmentario sea en verdad el todo? Y si sucumbimos a esta persuasión, ¿no dejaríamos, más bien, que desaparezca el sentido en el fragmento y nos decidiríamos por el sinsentido? Por tanto, aquí nos preguntamos por nuestro mismo ser, y preguntándonos de este modo pensamos ser más que una pregunta. Sospechamos que alguno debería saber de qué se trata, que uno podrá dar una respuesta a nuestra pregunta».

Del Prefacio