«Un buen aforismo es la sabiduría de un libro entero en una única frase» (Theodor Fontane). Ya en sus primeros años de escritor, Hans Urs von Balthasar recibió este don –raro– del arte de la condensación. Su colección de aforismos fue publicada en el año 1944 bajo el título El grano de trigo, aforismos que de un pensamiento al otro van reflejando el actuar de Dios con el mundo. El punto central de la historia, la Persona de Jesucristo, el Dios hecho hombre, está presente en todos los campos temáticos, sea que esté explícitamente en la mirada, sea que esté escondidamente presente en el trasfondo como medida de cada hombre. Él es el fuego secreto que anima estos pensamientos, en los que el autor entreteje también pensamientos de grandes maestros. Ya la secuencia de los ciclos temáticos deja ver la teología que dio forma interior a este pequeño libro: Dios, al que el hombre se debe y agradece, purifica nuestra existencia por medio de la despedida, la renuncia a todos los vínculos, para poder depender sólo de Cristo, en cuyo amor –que siempre nos precede– nosotros tenemos la vida.