Según Balthasar, Martin Buber en su libro Dos modos de fe se ha hecho cargo del diálogo entre la fe de Israel y la fe de la Iglesia, para conducirlo a un punto que evidencia que aquí el silencio es la actitud más comprensible. El juicio decisivo de Buber sobre ese diálogo fue claro: ambas formas son irreducibles. Sin embargo, Balthasar piensa que ese juicio de Buber se refiere a la situación temporal, pero no quiere anticiparse a la gracia de Dios.

En este pequeño libro (publicado por primera vez en 1958) se trata, en definitiva, de un diálogo profundo, noble, duro, decisivo. Pues así se ha de hablar en medio de esta realidad, yendo directamente hacia la cosa misma, lejos de las habituales cortesías y complacencias. Por tanto, bajo el arquetipo del diálogo de Jesús con Moisés y Elías en la Transfiguración, Balthasar asume aquí la responsabilidad de entrar en esta conversación solitaria con el maestro judío, dejándole hablar a través de sus obras completas y también invitando a todos a entrar en esta dimensión, «con temor y temblor».