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Este libro, presentado aquí en una nueva edición española enteramente revisada, se compone de varios textos surgidos en distintas ocasiones al inicio de los años ochenta. 

En los tres ensayos de la primera parte, el autor desarrolla el tema anunciado por el subtítulo del volumen: una «cristología espiritual». El dogma cristológico tal y como la Iglesia de los primeros siglos lo ha desarrollado –la unión de divinidad y humanidad en la Persona divina de Cristo– es el fundamento de la vida espiritual cristiana. Esta, en verdad, consiste en entrar en la actitud filial del  propio Hijo del Padre, que en el Evangelio invita a sus discípulos a rezar con Él.
 
Por esto, el segundo ensayo interpreta la devoción al Sagrado Corazón de Jesús a la luz de los misterios de la Encarnación y de la Pascua. En este corazón traspasado por amor se nos revela el propio centro del Nuevo Testamento.

La unión de la voluntad humana con la divina en la Persona del Señor es también el fundamento último de la comunión eclesial (tercer ensayo): «la encarnación del Hijo crea la comunión entre Dios y hombre», la que se nos comunica en la Iglesia y sus sacramentos.

Los «desarrollos meditativos» de la segunda parte del volumen son prédicas dadas durante el Triduo Pascual. Siguiendo la invitación del evangelista Juan a «mirar al que traspasaron», el entonces Cardenal Ratzinger fija su mirada en el cordero que redime sus ovejas y las conduce hacia la libertad verdadera y al risus paschalis, la alegría pascual de los redimidos.

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Miremos al Traspasado

Ensayos para una cristología espiritual

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